diumenge, 15 de gener del 2012

El futuro del turismo (y 4): Incertidumbre positiva

Dice Tom Peters que la incertidumbre es la única cosa de la que podamos estar seguros si miramos al futuro. Y cada dia podemos dar certeza a sus palabras. De hecho no son proféticas sino que simplemente responden a nuestra condición humana aunque en momentos de alegría económica lo olvidemos.

Se preguntaba un alto directivo hace unos dias que sentido tenía hacer un plan estratégico a 4 años si no sabía responder que pasaría de aquí unos meses. Y es cierto, esa es la paradoja. Predecir el comportamiento humano es muy complejo, pero nuestra labor es configurar proyectos con visión a medio y largo plazo, nada se crea sólidamente pensando solo en el mañana más inmediato. Debemos saber navegar de forma tenaz en la incertidumbre. Saber leer las variables clave de nuestro entorno y responder eficazmente a aquello que está en nuestras manos, preparando empresas, directivos y equipos que tengan el coraje de enfrentarse a ello con celeridad e innovación ante las demandas cambiantes del mercado y consiguiendo que el cambio y la flexibilidad formen parte de su ADN. Si no podemos anticiparnos al cambio, como mínimo adaptémonos muy rápido a él.

Si miramos la caída de margenes de los distintos jugadores del tablero de nuestro negocio y las cuentas de resultados públicas de muchos de ellos, nos daremos cuenta de que el gran beneficiario de los últimos años ha sido y sigue siendo el cliente. Nuestra labor es que mientras los precios no puedan reajustarse mínimamente al alza en un futuro próximo, gestionemos con mayor destreza nuestras compañías, orientando nuestras organizaciones al cambio sin traumas, a la internacionalización en la búsqueda de esos lejanos y nuevos flujos turísticos, a la mejora continua de las tecnologías del conocimiento y de la información y a la optimización de los procesos, cuestionando siempre si podemos hacer las cosas más eficientemente. Creo también que es un momento de gran exigencia para el sector, pues la calidad de servicio volverá irremediablemente a ponerse en valor, elemento clave que nunca debimos dejar caer.

Estos son momentos complejos tanto por la falta de estabilidad económica como por la falta de estabilidad política en algunos destinos turísticos del Mediterráneo así como para algunos mercados emisores clave para esta región turística líder.

De todos modos somos afortunados los que nos dedicamos al turismo porque las vacaciones para el mundo occidental y cada vez más para los ciudadanos de las nuevas economías líderes de Asia y Sudamérica son ya una necesidad vital. La receta económica en estas latitudes (sobretodo en el Sur de Europa) será consumir menos y exportar más. El turismo es la forma más importante que tenemos para hacerlo, la mejor receta para equilibrar maltrechas balanzas comerciales.

Desde mi punto de vista el turismo es Humanismo, y será cada dia más una actividad de autorealización, de refuerzo de la propia identidad y de conocimiento humano. Por todo ello creo que el futuro del turismo no dejará de ser incierto pero su actividad será creciente y positiva.