dimarts, 13 de novembre del 2012

El futuro del capitalismo



Reflexiones sobre la lectura del libro de Salvador Giner, "El futuro del capitalismo". Ed. Península, 2010

Es sugerente y necesario hoy más que nunca saber hacia dónde va nuestro sistema económico justo en momentos de grandes  turbulencias y de fuerte crisis económica. Es en momentos como estos que se habla siempre de decadencia o profecías catastrofistas. Pero también, de otros que dentro del sistema hablan, quizá sin ningún tipo de credibilidad, de reinventar el capitalismo.

Es interesante resumir los contenidos del libro de Salvador Giner, porque no escribe desde posiciones de cuestionamiento estructural, de bombardeo, sino, desde un inteligente análisis crítico revisionista. Dice: "la lógica del capitalismo es su perenne transformación ... este es el secreto de su perseverancia y resistencia "y continúa diciendo:" mientras esperan la hecatombe anunciada, mejor dicho, la esperan quienes lo esperan, el resto contemplaremos la continuación de su mudanza, la envergadura de la que aconseja hablar más de una metamorfosis que del fin absoluto del universo económico que este progreso ha creado. "

No nos engañamos los que vimos la caída del muro en 1989 con nuestros propios ojos. Y también el desmantelamiento de la órbita de la antigua URSS. No nos engañamos porque pudimos constatar que el otro modelo había muerto, y que los que sobreviven, Corea del Norte y Cuba, no representan más que una sesgada y desgraciada caricatura del pasado y en ningún caso una amenaza ni alternativa al modelo preponderante.

Me gustaría destacar aquí la previsión que algunos de los más destacados teóricos hicieron sobre el futuro del capitalismo. Són tan frescas y contemporaneas. Mill afirmaba en el siglo XIX que si el crecimiento de las naciones no era "sostenible" (sería la palabra usada hoy en día), podría venir el colapso del sistema. El crecimiento infinito no es posible. Ricardo también auguraba que un crecimiento a través del descubrimiento, entonces colonización de nuevos países tenía un fin. Quizás ahora deberíamos decir nuevos planetas?
Vamos a Schumpeter. Un admirador del capitalismo que está convencido de que el sistema está condenado a su autodestrucción. Lo que él viene a denominar "destrucción creativa".
Considera que el sistema está más sujeto a olas de innovaciones que a una lógica acumulativa. Al menos Schumpeter y esto quizás lo vivimos mucho más durante el siglo XX, detectaba como posible talón de Aquiles del sistema la hostilidad intelectual de poetas, escritores, filósofos, pensadores contra él. Quien lo hace hoy con esa determinación? Y con que alternativas creíbles?

Giner constata que el hombre ha presenciado dos únicas grandes revoluciones: la neolítica, hace unos aproximadamente 10.000 años a.C y la industrial, que se empezó a gestar entre el final de la Edad Media y el inicio del Renacimiento, haciendo su eclosión a partir de 1750 en Europa.

Una de las clásicas diatribas ha sido la relación libertad e igualdad, o capitalismo y democracia. Pero debe quedar claro que capitalismo, industrialismo y democracia son cosas diferentes.
La posición en todo el ensayo es un equilibrio difícil por apartarse de la crítica de que el capitalismo tiene la culpa de todo, pero entendiendo sus imperfecciones, sus notables áreas de mejora y en el efecto que supone en las modificaciones de la condición humana, que no en su esencia que es inmutable. El capitalismo, como modelo abierto, que se automejora y se autotransforma, ha supuesto desde mi punto de vista un engranaje, aunque claramente imperfecto, que ha posibilitado destruir el sentimiento de pertenencia de la clase trabajadora, la sensación de que todo el mundo se cree en un escalón social superior al que realmente pertenece. Todos formamos parte del sistema y no lo ponemos en cuestión. Los mismos sindicatos, defienden los sueldos y los contratos, pero no cuestionan el sistema, ni pugnan por la mejora de la democratización de las empresas. Es increíble el potente narcótico que rezuma el sistema.

Otra de las máximas que describe el autor y obviamente no nos resulta una novedad es: el capitalismo no tiene moral, pues su objetivo es obtener beneficios. Y esto hace que el resultado sea una sociedad injusta. Esta nueva sentencia no tiene desperdicio: "Los humanos somos diferentes. Un inútil puede ser rey. Un ignorante, catedrático. El financiero responsable de un derrumbe financiero puede recibir un homenaje público. El general culpable de una matanza es recordado con una estatua ecuestre ... ". Es un hecho que la esclavitud, la colonización, la parte más cruel de la mundialización, el armamentismo, la agonía del medio ambiente y un largo etc de injusticias han sido cimientos sobre los que el capitalismo ha crecido. Pero también lo es que ela estabilidad, el crecimiento, el estado del bienestar, la educación y la sanidad universal y pública (también presente en otros modelos económicos), la democracia liberal (la hasta ahora más abierta y autocrítica opción de gobierno según decía Popper, aunque no establecida en todos los países de economía capitalista), son también fruto de su evolución. Los próximos tiempos podemos esperar proliferación de microempresas, quizás menos intermediación financiera y una deriva interesante más sobre, experiencia que sobre la desnudos propiedad de las cosas, que pueden abrirnos un nuevo escenario en la sociedad de consumo.

El capitalismo surgió en paralelo a la teoría del individualismo, del hombre como sujeto soberano, dueño de su libertad. El sistema necesita intervención según unos por que solo genera injusticias y desigualdades. Otros creen que el "laissez-faire" garantiza la idoneidad del sistema. Al final según Giner "el futuro del capitalismo está asegurado sobre todo por una razón: prácticamente nadie lo cuestiona y los que lo hacen no han presentado todavía una alternativa creíble." Lo único que puede frenarlo son condiciones inesperadas de destrucción demográfica o ecológicas, que son claramente amenazas de sostenibilidad para toda la Humanidad.

El año en que yo nací, en 1968, en la Tierra éramos 3.500 millones de almas, ahora según la ONU habitamos la Tierra unos 7.000 millones de seres humanos. El capitalismo será el sistema que arropará la gran mayoría de estos seres y esperamos que sea capaz de reinventarse y reinventarnos para hacer frente a las amenazas que nos depara el feroz crecimiento sostenido que requiere.